Tras la declaración del Estado de Alarma el pasado 14 de marzo y la orden de realizar confinamiento domiciliario, toda la población nos vimos obligados a disminuir de forma brusca nuestra actividad física normal. La mayoría de nosotros, cada uno a su manera, intentamos compensar esa inactividad haciendo algún tipo de ejercicio entre las cuatro paredes que nos protegían.
En el caso de las personas mayores institucionalizadas en una residencia, esas cuatro paredes que daban forma a sus habitaciones impedían de manera aún más drástica el desarrollo de su actividad física normal y daban pie al inmovilismo y a la pérdida de masa muscular (de fuerza) que podría conllevar caídas y lesiones en un futuro.
Diversos estudios demuestran que la falta de actividad durante solo 15 días ya conlleva una pérdida importante de masa muscular, es decir, de fuerza. Esta pérdida de fuerza se produce de forma más rápida en personas mayores y también es más lenta su recuperación después.
El equipo de Fisioterapeutas y Terapeutas Ocupacionales de la Residencia y Centro de Día Los Balcones puso todo su empeño en evitar los efectos adversos del inmovilismo en nuestros residentes/usuarios a través de un programa de actividad física y rehabilitación específico:
- La situación de aislamiento de los residentes obligó a realizar terapias individuales en las habitaciones debido a la imposibilidad de utilizar salas comunes.
- Las actividades realizadas fueron completamente personalizadas y adaptadas a las necesidades de cada residente puesto que la actividad en grupo tampoco era segura.
- A los residentes autónomos se les facilitó material de rehabilitación específico como pedalier, pesas, theraband, pelotas, etc; para que pudieran realizar actividad física durante el día siguiendo las indicaciones de los/las fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales.
- Se fomentó la deambulación de los residentes que necesitaban asistencia para la misma, ayudándoles a caminar dentro de sus habitaciones o realizando ejercicios específicos para el mantenimiento de la marcha.
- Con los residentes más dependientes se llevaron a cabo terapias de gimnasia activo/asistida o pasiva, según las necesidades, con el objetivo de evitar la pérdida de masa muscular y de movilidad articular.
- Una vez que los residentes pudieron salir de sus habitaciones se reanudó el programa habitual de fisioterapia, en grupos más reducidos para poder mantener las medidas de seguridad e incidiendo de forma especial en la rehabilitación de la marcha y la recuperación de la fuerza muscular.
- En el Centro de Día se enviaron tablas de ejercicios y vídeos de gimnasia y actividad física para que nuestros usuarios pudieran realizarlos desde su domicilio.
Es importante señalar que la importancia de la fisioterapia durante la pandemia no recae exclusivamente en el aspecto físico y funcional del residente, sino que ha sido también una vía de comunicación y contacto físico del profesional con el residente, que ha favorecido su bienestar emocional y psicológico.
La plantilla de Fisioterapeutas y Terapeutas Ocupacionales de nuestra residencia, mediante sus palabras motivadoras, las indicaciones sencillas y el contacto físico cuidadoso y afectivo en sus terapias han evitado, en la medida de lo posible, las consecuencias del inmovilismo y han contribuido, de forma indirecta, para paliar la privación de estímulos afectivos en nuestros residentes.