Las rutinas son un factor clave en la vida de casi todas las personas, pero tienen especial importancia en niños, tercera edad y cuando existe deterioro cognitivo.
Sin embargo, durante el verano es normal que las rutinas habituales cambien y se sustituyan por otras que se adapten al momento estival en el que generalmente se suelen incluir viajes, salidas o visitas y comidas familiares, por ejemplo. A pesar de ello, es positivo mantener la estabilidad en algunos horarios y actividades básicas del día a día.
Por eso en Cognitiva Unidad de Memoria, aunque incluyamos actividades especiales, mantenemos nuestras rutinas diarias, algunas de ellas implantadas con la “nueva normalidad”:
- Al entrar administramos gel desinfectante, tomamos la temperatura y limpiamos la suela de los zapatos.
- Después cada uno se sienta en su asiento habitual con su sobre de material individual.
- Una vez acomodados, desde hace ya unos meses, realizamos de manera conjunta técnicas de relajación relacionando nuestro estado de ánimo y nervios con algunas situaciones personales del día a día y vemos cómo nos afectan.
- Después de la práctica de la relajación hacemos una dinámica todos juntos para favorecer la estimulación de las funciones cognitivas de manera conjunta y las relaciones sociales. Esta dinámica cada día es diferente, pero que tienen similar duración y objetivos.
- Y, por último, cada uno hace su ficha de manera individual combinándolo con tareas de estimulación en la Tablet o el ordenador.
Estas rutinas en las sesiones hacen que todos se sientan más seguros y estén predispuestos a realizar las actividades que correspondan.
Tanto en el centro como en casa, mantener rutinas es importante para compensar olvidos y despistes y además influyen positivamente sobre su autoestima, ya que les hará sentirse más seguros sabiendo qué deben hacer casi a cada momento.